domingo, 26 de mayo de 2013

El "Aquel"...

Por Sanpalqui

Hace mucho no les cuento una historia...


 Una tarde, recibió un mensaje y dijo... "no más, me cansé, no quiero esto más para mi vida" se paró del computador, fue y se sirvió un café. Volvió, se sentó decidida, y empezó a hacer lo que todos hacemos en esos casos, lo sacó de Facebook, le dio uf en Twitter, lo borró de los contactos del celular, lo quitó de sus favoritos de Whatsapp, de sus contactos de chat, borró una a una las fotos en las que aparecía con él, y hasta el momento no había derramado una sola lágrima. Llegó esa noche a la casa y guardó los recuerdos, algunos los botó, otros los acomodó en ese cajón inservible, el que uno nunca abre porque se desbarata. Ese día decidió que el camino de la felicidad no era con él. Lloró toda la noche, recordó cada palabra, cada hecho y situación que mal interpretó, cada sonrisa, cada beso, cada acierto y cada error; llamó a su mejor amiga que vive en el exterior y hablaron por horas mientras ella lloraba del otro lado,  era necesario... al otro día, aunque le constaba abrir los ojos por pesados e hinchados que estaban, ella muy decidida, iba a empezar de nuevo, a dejar atrás lo que no la dejaba ser feliz, no lo volvió a buscar, no lo volvió a stalkear, decidió sonreír por que sí y no por él. Y es que ella lo tenía todo para ser feliz, pero como todas nosotras las mujeres, había confundido retos y caprichos con necesidades y cariño, mejor dicho estaba en la inmunda.

La rodeaban un par de hombres a los que obviamente ni la hora les daba, pero desde ese día decidió darse una oportunidad, aceptó una salida, una ida a cine, dijo que sí cuando le propusieron ir a teatro, a comer, recibió rosas, aceptó una noche no sacar su carro y dejar que la recogieran en la puerta de su casa, se dejó tratar como una princesa y eso la hacia sentir bien... de "aquel"... no sabía nada... prefería así y tuvo toda la fuerza de voluntad de no escudriñar, preguntar o indagar. ¿Cómo haría? Ella dice que lo recordaba todos los días, pero lo dejaba ir en cada suspiro. Organizaba sus días sin pensar más que en su tiempo y en sus intereses, uno de sus pretendientes la llamaba con insistencia, le escribía, la buscaba, estaba muy pendiente de ella, tanto que tal vez la ahogaba, por eso ella era fría, distante y poco expresiva, pero lo respetaba y le tenía mucho cariño... por eso aceptaba sus invitaciones

Ya había pasado casi más de un mes desde que ella había cortado cualquier vínculo con "aquel" y se sentía bien, respiraba tranquila, lo recordaba pero se esforzaba por no pensar en él. Por esos días salió una noche a tomarse un café con una amiga... obviamente en esa charla se hablo del "aquel" del de antes del "aquel",  del de "ahora", de la "aquella", de la otra "aquella" y así pasaron las horas y las horas. Como el celular ya no era una prioridad en su vida, ya no esperaba mensajes ni llamadas de nadie, dicho aparato estaba guardado en el último rincón del universo negro de una mujer llamado "bolso", por eso cuando ya decidían partir del lugar, buscó las llaves del carro para llevar a su amiga a la casa y en esas encontró que su celular, tenía 9 llamadas perdidas, 6 mensajes en WA y un mensaje de voz en el buzón... revisó quien la buscaba con insistencia y se dio cuenta que era ese pretendiente que la rondaba hacia más o menos un mes. Esos mensajes y llamadas, que lógicamente no respondió ahí mismo, los pensaba leer y responder en cuanto dejara a su amiga en su casa y llegara a la de ella, pero no había terminado de bajarse su amiga del carro cuando volvió a sonar su celular y decidió contestar... ella dice que el tono de ese hombre era de pocos amigos, le hizo el reclamo por no contestar y le preguntó como todo un "macho" "¿a qué hora vas a llegar a tu casa?", conversación que hizo que ella se diera cuenta que por ahí tampoco era el camino, no quería alguien así en su vida y decidió no volver a contestar el celular en todaaaaaa la noche. 

 Pero esa no es la historia en realidad... acá viene lo emocionante que ella nos contó. 

Al otro día, mientras ella trabajaba muy juiciosa en su oficina, recibió una llamada de la recepción del edificio, le anunciaban que la buscaban de la floristería "pajarito"... ella contestó con voz de aburrida que ya bajaba, colgó el teléfono cero emocionada, obvio, lo que faltaba, que su intenso pretendiente le enviara flores para disculparse por la escena de la noche anterior. Terminó de contestar un mail, le dijo a su compañera de oficina que la buscaban de una floristería, se paró con tranquilidad al ascensor para ir al primer piso y su único afán, era no hacerle perder más tiempo al pobre muchacho de la floristería. Creo que eso nos hace pensar a las mujeres que no hay peor cosa que recibir flores de quien no se quiere. Cuando el ascensor se acercaba al primer piso, ella llegó a pensar que tal vez esas flores podrían ser del "aquel"... pero dice ella, que solo se sonrió, de pensar que no habría cosa más imposible que esa. Llegó a la recepción y ahí estaba el muchacho esperando que le recibieran una caja blanca gigante amarrada con una cinta roja y un moño precioso, por lo menos buen gusto si tenía el pretendiente. No había firma, ni tarjeta a la vista, ella recibió la caja y volvió a subir al ascensor. En realidad era poco su interés por leer alguna dedicatoria, así que del 1ro al 7to piso se dedicó a mirar como habían hecho el moño del empaque y ni vio las flores que habían dentro. 

Cuando entró a la oficina, sus compañeros (como en toda oficina) llegaron a chismosear; dice ella, que los cachetes se pusieron rojos, se sentía apenada. Era hora de abrir la caja y mirar la tarjeta... eran 12 rosas rojas hermosas, olían muy bien, estaban muy bien empacadas, sobrias, elegantes y muy rojas... ¿la tarjeta? no era una sola tarjeta... eran 3, obviamente no iba a leer tres tarjetas para saber el destinatario, así que no leyó y fue al final de la última tarjeta y ohhhh sorpresa.... las tarjetas venían sin firma.... todos sus supuestos se estaban derrumbando... en ese momento se interesó por saber que decían los tres papelitos, quería saber quién había enviado esas 12 rosas, así que empezó a leer. La verdad, no tenemos detalles de lo que decían esas tres tarjetas, pero dice ella que eran las palabras más sentidas, tiernas y hermosas que le habían escrito últimamente. Cuenta que a medida que avanzaba en lo que leía, las manos le sudaban, el corazón se le ponía a mil y la incertidumbre crecía... sólo hasta el final de la segunda tarjeta, cuando leyó la palabra clave, pudo saber que esas flores las había enviado... el "aquel". Siiiii, ese del que hace más de un mes no sabía nada, ese, que había llorado toda una noche, la noche que decidió sepultarlo en su olvido... en esa tarjeta le decía que extrañaba nombrarla como sólo él le decía. Prácticamente, no había necesidad de seguir leyendo más, todo para ella era muy claro... pero no sabía el sentido de ese detalle, y menos viniendo de él, de él que nunca había tenido esa clase de sorpresas con ella. Sólo le pedía unos minutos, quería hablarle. Al final de las tres tarjetas con palabras hermosas, le pedía que la dejara recogerla en su trabajo a la salida y le regalara sólo 10 minutos. Ella perpleja no sabía que hacer, si contestar inmediatamente el mensaje, ir a almorzar y después mirar, o mejor no decir nada. Ella pensaba, "por fin ya estoy avanzando y haciendo mi vida, ya estoy saliendo de esta relación no tan sana, mejor dejar así, que él siga con su vida y yo sigo con la mía". 

Decidió ir a almorzar, pero almorzar es un decir, no pudo pasar bocado, ni medio arroz, sólo pensaba en que hacer, lo mejor era decir que no, agradecer por lo bonito de las flores e inventarle cualquier excusa. Regresó a la oficina, reunión tras reunión y la caja de flores ahí, esperando que alguien las vuelva a mirar, que alguien conteste el mensaje. A eso de las 4 p.m. decidió escribirle. Las manos le temblaban, pero tenía claro lo que le quería decir... "Gracias por las flores (carita feliz)... ". Los detalles del mensaje tampoco nos los quiso revelar, pero en resumen, le aceptó que la recogiera, le concedió los 10 minutos y "aquel" le confirmó que a las 5:30 p.m. en punto estaría frente al edificio.

Desde el momento que le escribió, hasta las 5.30 p.m. que era la hora pactada del encuentro, muy difícilmente logró concentrarse en el trabajo, miraba la caja de las flores, volvía y leía las tres tarjetas sin firma y trataba de sonreír pero no le salía natural, estaba preocupada por caer otra vez en lo mismo, no quería sufrir y eso lo tenía claro, verlo otra vez era remover algo que con mucho esfuerzo ya había controlado. La hora pactada llegó, se alistó en menos de un minuto y a las 5:30 p.m. el celular sonó avisando que "aquel" ya había llegado, tomó su caja de flores y la llegada del ascensor se le hizo eternnnnnnaaaaaaa... salió del edificio y ahí estaba "aquel", en su carro, esperando por ella solo para hablar 10 minutos. Dice ella que cuando subió al carro, no sabía como saludarlo, era la mezcla de "que gusto verte, pero me aburre que regreses"... él avanzó unos metros, estacionó el carro y le dijo que quería saludarla bien, le dio un fuerte abrazo y ella firme en su posición, lo abrazó pero al instante se alejó. Fueron a un lugar cercano, hablaron de cualquier cosa y en realidad los 10 minutos ya iban en casi media hora y "aquel" no decía nada diferente a lo habitual.


Él sabía que tenía que hablar, así que tomo aire y ... por fin... "aquel" .... empezó con un.... "No sé cómo empezar" jajajajajaja... menos mal tenía todo claro y era sólo cuestión de 10 minutos. Como muchos de los detalles de esta historia, lo que se habló en esa mesa sólo queda entre ellos dos, no nos revelaron detalles, sólo sabemos que conversaron casi por 2 horas, que a "aquel" en algún momento se le llenaron los ojos de lágrimas, que "aquel" la tomó de las manos y algo le dijo que hizo que ella también llorara... los que los vieron, dicen que no lloraban de tristeza, al contrario, lo hacían como cuando eras niño y no te importaba que vieran lo que sentía tu corazón. Dicen que él le entregó un papelito doblado como doblaban los adolescentes las cartas en los 80´s, ella al abrir la nota, sonrió y como dice la canción, sellaron todo con un beso.



Del pretendiente no se volvió a saber nada, ella ahora se le ve más feliz que nunca, anda mostrando su mejor sonrisa, se le ve enamorada. "Aquel" sonríe mostrando los dientes, como cuando se sonríe desde el alma, dicen que se le ve tranquilo, feliz y le brillan los ojos cuando habla de ella. Los han visto juntos por ahí cogidos de la mano, dicen que ahora se quieren y son novios... y claro, dicen que... la protagonista de esta historia soy yo.





Créditos de Imagenes: 
http://depsicologia.com/ruptura-pareja-investigaciones/
http://como-conquistaraunamujer.com/blog/errores-de-los-hombres-al-conquistar-una-mujer/
http://www.mamaslatinas.com/group/3/forums/read/44094/Contestar_el_telefono_mientras_manejas_es_mas_peligroso_que_conducir_ebrios
http://rincondeluz.bligoo.com/content/view/310880/La-rueda-del-Abrazo.html
http://ayrim.wordpress.com/2010/05/24/definir-un-beso/

Créditos de música:
Jason Mraz  - Lucky / Phantasm Imports